25 de julio de 2013

El cantero


Había una vez un cantero que estaba insatisfecho consigo mismo y con su posición en la vida. Un día pasó por la casa de un rico comerciante. A través de una puerta abierta, vio muchas finas posesiones e importantes visitantes.
- ¡Qué poderoso debe ser el comerciante! – pensó el cortador de piedra.
Se puso muy envidioso y deseó que pudiera ser como el comerciante. Para su gran sorpresa, se convirtió de repente en el comerciante, teniendo más lujos y poder de lo que siempre había imaginado, pero envidiado y detestado por aquellos menos ricos que él.
Un tiempo después un alto funcionario pasó cerca, llevado en una silla de manos, acompañado por asistentes y escoltado por soldados batiendo gongos. Todos, sin importar su clase o su riqueza, tenían que hacer una reverencia ante la procesión.
- ¡Qué poderoso es ese funcionario! -pensó.
- ¡Deseo que pudiera ser un alto funcionario!
Entonces se convirtió en el alto funcionario, llevado por todas partes en su bordada silla de manos, temido y odiado por la gente a su alrededor. Era un día caluroso de verano, por eso el funcionario se sentía muy incómodo en la pegajosa silla. Levantó la mirada al sol. Brillaba orgulloso en el cielo, no afectado por su presencia.
- ¡Qué poderoso es el sol! – pensó.
- ¡Deseo que pudiera ser el sol!.
Entonces se convirtió en el sol, brillando ferozmente sobre todos, abrasando los campos, maldicho por los granjeros y los trabajadores. Pero una enorme nube negra se interpuso entre él y la tierra, de modo que su luz no pudo brillar más sobre todo allá abajo.
- ¡Qué poderosa es esa nube de tormenta! – pensó.
- ¡Deseo que pudiera ser una nube!
Entonces se convirtió en la nube, inundando los campos y las aldeas, increpado por todos. Pero pronto descubrió que estaba siendo empujado lejos por cierta gran fuerza, y se dio cuenta de que era el viento.
- ¡Qué poderoso es! – pensó.
- ¡Deseo que pudiera ser el viento!
Entonces se convirtió en el viento, llevándose tejas de los techos de las casas, arrancando árboles, temido y odiado por todos debajo de él. Pero después de un rato, se encontró con algo que no movía, no importa lo fuerte que soplaba. Era una enorme y altísima roca.
- ¡Cuán poderosa es esa roca! – pensó.
- ¡Deseo que pudiera ser una roca!.
Entonces se convirtió en la roca, más poderosa que nada más en la tierra. Pero mientras estaba parado allí, oyó el sonido de un martillo golpeando un cincel en la dura superficie, y sintió que estaba siendo cambiado.
- ¿Qué podría ser más poderoso que yo, la roca? – pensó.
Y vio debajo de él, la figura de un cantero.


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Psicologia i PIR por Olga Pérez Pérez se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

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