Relajación progresiva de Jacobson (1929)

Intenta enseñar al sujeto a relajarse por medio de ejercicios en los que tense y relaje de forma alternativa sus distintos grupos musculares.

Objetivo: conseguir que el individuo aprenda a identificar las señales fisiológicas procedentes de sus músculos cuando están en tensión y sepa relajarlos.

 

PROCEDIMIENTO

• El número y duración de las sesiones: entre 4 y 6 sesiones de unos 15-30 minutos cada una. Pueden haber variaciones individuales.

Existe controversia sobre el nº de sesiones en el procedimiento original, algunos autores indican que eran necesarias 56 sesiones  (PIR) y otros que 90.

• Tareas para casa: practicar dos veces al día durante 15-20 minutos, llevando un registro de las prácticas y del nivel de tensión y relajación que consigue. La práctica diaria en el medio habitual es el aspecto más relevante para el aprendizaje de la relajación (PIR).

• Posturas  indicadas de más a menos idónea: sentado en un sillón con la espalda en el respaldo; postura de tumbado en superficie dura y postura del cochero (en silla con el cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante, cabeza en pecho y brazos en piernas).

• Se hace un recorrido por los músculos o grupos de músculos realizando tensiones de 5-7 segundos(PIR) y relajaciones de 10- 20 segundos (PIR).

1ª sesión	·   Explicación y justificación de la técnica. ·   Opcional: administración de  inventario para la evaluación de la reacción del sujeto a situaciones amenazantes[1]. ·   Explicación y modelado de los ejercicios de tensión- relajación por parte del terapeuta (de los 16 grupos musculares). ·   Responder a las dudas del paciente.
1ª parte del aprendizaje:	Recorrido de los 16 grupos musculares. Objetivo: conseguir identificar las diferencias entre sensaciones propioceptivas de tensión y relajación en cada parte del cuerpo. El sujeto tensa y después relaja los músculos que se están trabajando, bajo la dirección del terapeuta.
2ª parte del aprendizaje:	Se trabaja en 4 grupos musculares: extremidades superiores, cabeza y cuello, tronco y extremidades inferiores. En lugar de tensar y relajar, el sujeto debe relajar por evocación (contando de uno a diez, por ejemplo).

DIFICULTADES DURANTE LA SESIÓN DE ENTRENAMIENTO Y SOLUCIONES (Méndez, Olivares y Quiles, 2005).

1. Calambres musculares: tensar menos y durante menos tiempo la zona con calambres (PIR).

2. Inquietud del paciente:

Movimientos poco frecuentes: ignorar.

Frecuentes: volver a repetir instrucciones.  

3. Que el sujeto hable: ignorar y repetir instrucciones si fuera necesario.

4. Risa del paciente: extinción y hablar con el paciente si persiste (PIR)

5. Espasmos y tics: indicarle que es un buen síntoma y normalizarlos. 

6. Pensamientos perturbadores:

Aumentar el tiempo que el terapeuta habla durante la relajación.

Si persiste, concretar alternativas para focalizar los pensamientos. 

7. Que el sujeto se duerma durante la sesión: que acuda descansado y el terapeuta puede hablar más alto durante la sesión; si le pasa en las sesiones de práctica en casa que cambie la hora o el lugar donde realiza la práctica (PIR)

8. Incapacidad para relajar grupos musculares específicos:

Utilizar estrategias alternativas de tensión.

Si el paciente opina que la técnica no le ayuda a relajarse, valorar si se están incluyendo todas las zonas complejas para el paciente e incluir las zonas musculares oportunas. 

9. Sensaciones extrañas durante relajación: normalizarlas. 

10. Activación interna: se le informa que con la práctica de este procedimiento conseguirá disminuir la activación interna.

Edmund Jacobson (1888-1983)

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[1] Inventario de Indicadores Psicofisiológicos de Cautela, 78.

Inventario de respuestas de ansiedad (se puede encontrar en Méndez, Olivares y Quiles, 2005).

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